Para Teena
Quién me diría que remaría en el río Brunswick,
donde nadan los pez raya,
que vería las copas de los árboles desde el cielo
sentada en una pequeña cápsula
y reconocería el canto de la cacatúa a lo lejos.
Quién me diría que con el paso del tiempo,
y de las heridas,
aún descubriría un mundo lejos del ser humano
y del suelo firme.
Un mundo subterráneo e inestable,
donde no hay nada a lo que aferrarse
y los corales crean barreras de belleza y resistencia
en silencio
sosteniéndose a sí mismos.
Flotando en el agua.
Suspendida en el aire.
Libre.
