Glitch

Hoy he participado en una clase sobre glitch, impartida por Blanca Rego, cineasta experimental.

Algunas ideas que ha explicado Blanca

El glitch es un fallo tecnológico de origen desconocido que surge por sorpresa. Puede ser una maraña de píxeles, líneas, colores… Puede ser, por ejemplo, un archivo dañado por un códec. Es un poco efímero y misterioso.

El glitch art no trata tanto sobre crear imágenes sino sobre desintegrar y recontextualizar estas imágenes.

Lo corrupto no es la imagen glitch sino la publicidad que nos presenta una idea errónea de la realidad.

Los glitches que he creado

Si abro una imagen con una aplicación de texto, resulta que la información de la imagen se traduce a texto. Por ejemplo, esta imagen se corresponde a esta información:

Es algo así como la traducción en texto de una imagen. El simple hecho de descubrir ese concepto, ya me parece genial.

Pero es que, además, modificando el texto que corresponde a la imagen, puedo editar la imagen, jugando a crear glitches. Lo que sucede es que no puedo saber exactamente cuál es el resultado final hasta que no lo vuelvo a guardar como imagen. Si hago demasiados cambios, la imagen se rompe por completo y no puedo abrirla de nuevo.

En un mundo ideal, me encantaría dominar el lenguaje (¿código?) de las imágenes para poder editar una imagen con texto, simplemente programando.

Por el momento, os dejo aquí algunos experimentos que he hecho, cortando y pegando fragmentos de texto:

Aquí he añadido un snippet (un fragmento de texto o código) de otra fotografía (un puente rojo) al texto de esta imagen:

Creo que el resultado no es un glitch canónico, pero no deja de ser una imagen imposible: un mar rojizo, de lava, fuego o sangre, fragmentado, artificial y donde el color proviene de un puente rojo y oxidado que está en otra parte del mundo, un trozo de hierro fusionado con la naturaleza gracias a la modificación artificial de un fragmento de texto.

París

Una silueta, una sombra, un sueño siempre deseado. París: el gran símbolo. Alejandra decidió de pronto tomar el avión, recorrer esa distancia entre la representación y la ciudad real, superar la diferencia de la escala de los mapas y los souvenires.

Fue de noche al Puente Nuevo, o al menos así lo recuerda. Le envolvía la bruma que se forma junto al Sena. Bruma de frío, piedra, historia, literatura e imágenes ya conocidas.

Qué gran búsqueda, encontrar París entre la niebla.

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24/03/2015

Madrid, lugar inesperado. Grata sorpresa a la que no acabo de acostumbrarme. Ciudad homogénea, sólida y donde los descubrimientos se hacen poco a poco.

Semana Santa: a primera hora de la tarde, las calles desiertas y las iglesias comienzan a llenarse para celebrar la Semana Santa. Dentro de la iglesia, señoras con joyas. Hombres bien vestidos. Niñas con lazos.

Fuera, después de los oficios, la gente empieza a agruparse en las calles donde pasará la procesión. Muchos quieren ver a la virgen.

Poco a poco, me voy alejando de la gente. Siguen a mi alrededor pero solo me fijo en algún anciano desprevenido, el hombre invisible de la Plaza Mayor. Prefiero – me llaman – los detalles de las fachadas, los cambios de luz del atardecer que se acerca, los primeros brotes de la primavera. Una sombra efímera en el cristal perfecto y pulido.

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De pronto, un árbol naranja en una calle mirándome de frente, como una pequeña llama encendida en mitad de la indiferencia buscando arder para llenarlo todo de luz. Mirándome y pidiéndome una foto. Obedezco.

Ahora ya en casa lo miro. Lo transformo. Lo miento. Para que lo veáis tan fugaz y tan iluminador como yo lo he visto en esa fracción de segundo.

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Porque de eso, de la búsqueda, la pasión, el descubrimiento y el chispazo de fuego, trata este oficio. Y el paseo y el camino.

El corazón de las tinieblas

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El horror en mitad de una selva, una selva que puede estar en cualquier sitio o ser cualquier bosque, porque nos acompaña siempre. Las partes tenebrosas del corazón se descubren cuando hay otras iluminadas.

Conocemos a Kurtz a través de Marlow y a Marlow a través del narrador que observa.

Dónde está la verdad.

Caminamos entre fango y ríos y plantas que asfixian y nos preguntamos quién protagoniza esta historia, si la palabra o la naturaleza.

Dónde está el corazón más allá de la oscuridad.

Son otros los que, en mitad de la noche, vienen con velas y antorchas e iluminan en lo oculto buscando un rastro humano.